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jueves, 23 de mayo de 2013

Rayuela de Julio Cortazar

Si me preguntaran con cuál palabra describiría a Rayuela, sin duda diría que con LIBERTAD. Qué bonito ha sido leerla, en un intermedio de Los Miserables, aburrida de leer como el autor indica, pero sin darme cuenta de ello, me encontré con una majestuosa obra de Julio Cortazar.

Llegué a la obra después de una tertulia literaria donde se celebraban los 50 años de la novela, allí la gente hablaba de un mundo desconocido para mi y se preguntaban unos a otros de qué forma leyeron el libro, yo hasta ese momento no sabía que podían existir otras formas de leer que no fueran empezar por el principio y continuar hasta el final. Pero cuando lo abrí y en esa primera página Cortazar, al que yo me imaginaba un argentino petulante, me dijo que podía leer su libro como a mi se me diera la gana, que él me proponía dos caminos pero que yo era libre de leerlo como quisiera, eso amigos, lo digo con toda sinceridad, me enamoró de Rayuela.

No confié en mi buena suerte de atinar con una historia desde las múltiples mezclas de 155  capítulos que se me ponían enfrente, entonces opté por leérmelo de la segunda forma que el autor proponía, saltando de un capítulo a otro como en un laberinto y dejando siempre mi expectativa en punta, luche por no seguir de corrido cuando el entresijo de la historia me atrapaba, pero pudo más mi voluntad de correr muchas páginas tras la siguiente pista.

Sé que no les importa tanto como me sentí leyéndolo pero a mi si, y por eso lo escribo. Cada capítulo me llevaba a sentarme al lado de un Oliveira –protagonista de la historia- enamorado de Lucía, la Maga, quien hipnotizaba sus días.

Su historia de amor se desarrolla en el París de los 50, un amor, mágico, imposible, doloroso y fervoroso se paseaba por las calles contando historias de amor, desamor, pobreza, soledad y miedo.

Fue publicada en 1963 y fue la primera en ganarse el nombre de antinovela, aunque Cortazar la calificaba mejor de contranovela. Podría decirse que fue, sino la más, una de las más importantes obras del Boom Latinoaméricano.

No quiero hablar de su contenido, sería  demasiado reduccionista, quiero contarles de algunas cosas que me impactaron, frases sueltas o escenas que me conmovieron profundamente, pocos desconocen frases célebres sobre el amor y la vida firmadas por Julio, frases que para mi se llenaron de contenido en medio de un contexto enamorado y doloroso como, por ejemplo; “Lo que mucha gente llama amar, consiste en elegir una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pidiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”.

¿Cómo no citar la ya mil veces repetida “Caminábamos si buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”?.

El inicio es monumental, y tengo que mencionarlo en esta corta selección (que siempre es corta hablando de esta obra) "¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico."

"En esos días del cincuenta y tantos empecé a sentirme como acorralado entre la Maga y una noción diferente de lo que hubiera tenido que ocurrir. Era idiota sublevarse contra el mundo Maga y el mundo Rocamadour, cuando todo me decía que apenas recobrara la independencia dejaría de sentirme libre."

"...la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad."

Pero en realidad el fragmento que más me gustó del libro fue la carta que La Maga le escribió a su bebé Rocamadour, que aparece en el capítulo 32, y que con inmensa admiración, no sé si por ella que es la mujer que no quiero ser, o por Cortazar, se los dejo leído por el autor.



Julio Cortazar

¿Qué puedo decir de Cortazar si es uno de los autores más documentados y recomendados de los últimos tiempos? Que es argentino nacido en Bélgica, ¿suena raro no? Su padre era funcionario de la embajada argentina en ese país al momento del nacimiento de Julio Florencio, como lo llamaron.

Fue un gran escritor de cuentos y novelistas, su vida la pasó entre Latinoamérica y Europa  escribiendo y enamorando, tres mujeres marcaron su vida, pero la primera estuvo con él hasta el día de su muerte.

Es uno de los más destacados autores de lo que se denomina el boom latinoaméricano, conformado por García Márquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa, quienes hicieron una literatura experimental bastante novedosa y además con importantes tintes políticos.

Entre sus cuentos se cuentan:
  • Bestiario, 1951
  • Final del juego, 1956
  • Las armas secretas, 1959
  • Todos los fuegos el fuego, 1966
  • Octaedro, 1974
  • Alguien que anda por ahí, 1977
  • Queremos tanto a Glenda, 1980
  • Deshoras, 1982
  • La otra orilla, 1995 (obra póstuma, escrita en 1945)
Sus novelas:
·         Los premios, 1960
·         Rayuela, 1963
·         62 Modelo para armar, 1968
·         Libro de Manuel, 1973
·         Divertimento, 1986 (obra póstuma, escrita en 1949)
·         El examen, 1986 (obra póstuma, escrita en 1950)
·         Diario de Andrés Fava, 1995 (obra póstuma; capítulo desprendido de El examen)

Sus Misceláneas 
·         La vuelta al día en ochenta mundos, 1967
·         Último round, 1969
·         Territorios, 1978
·         Los autonautas de la cosmopista, 1982 (con Carol Dunlop)
·         Papeles inesperados, 2009

Sus obras de teatro 
·         Los reyes, 1949 (con el seudónimo de Julio Denis)
·         Adiós Robinson y otras piezas breves, 1995 (obra póstuma)

Su poesía 
·         Presencia, 1938 (sonetos, con el seudónimo de Julio Denis)
·         Pameos y meopas, 1971
·         Salvo el crepúsculo, 1984
Esta gigantesca obra, de la que no acabo de contar todos los detalles, lo hizo merecedor de poner su nombre a una plaza y una escuela en Buenos Aires, el premio Konex postmortem a su aporte a la historia de la literatura argentina y la creación de la cátedra latinoamericana Julio Cortazar en la Universidad de Guadalajara.
Cortazar murió en Francia a los 69 años, dejando en alto a su Argentina, y con ella a toda Latinoamérica.