La marinilla Carla Giraldo, ganadora de la beca de creación en periodismo narrativa de la Alcaldía de Medellín en el año 2011, me deleitó con su obra "Se dice Rio", y espero con ansias "Se dice montaña" y "Se dice mar".
¿Por qué? Porque es un libro que habría querido escribir yo, si tuviera su valentía y su talento, un poco de esa historiografía hice en mi trabajo de grado y sé lo que es empantanarse, luchar contra los mosquitos, sufrir las aflicciones del cansancio y sin embargo estar feliz de conocer mis orígenes y de contar una historia que se iba a morir con los años.
Ella me puso a pensar en esos caminos de juntas que se eran el camino entre Medellín y Puerto Berrío y Puerto Nare, caminos olvidados, empedrados, lisos, cenagosos, caminos por los que como ella misma dice pasó el progreso y se quedó el olvido. Cuenta, además, la historia de los hombres que los atravesaron, los que murieron, los que continúan vivos y los que llegaron después cuando ya nadie los recordaba.
Carla Giraldo, además de ser mi contemporánea, mi colega y hasta el próximo miércoles una desconocida con quien comparto aficiones y sueños (digo próximo miércoles, porque estará en el Parque Biblioteca San Javier hablando de su obra y espero no perdérmela) es mi inspiración para contar una historia olvidada de los pueblos que trazaron nuestro presente y con los que hemos sido muy desagradecidos.
Su motivación para embarcarse en esta aventura, dice ella es: "Para regresar a casa sabiéndome de aquí y apreciar lo que eso significa, para no olvidar el campo aún viviendo en cualquier ciudad. Para encontrarme con otros que como yo, enfrente del rio, la montaña y el mar viven sus propias búsquedas. Para darles tregua a los relatos de mis abuelos y regalarles –esta vez yo-, las historias que ellos ya olvidaron o que no les han contado." P26
Su estancia por estas juntas las describe así: "Envuelta en olor a tierra húmeda y a chamizo de eucalipto, disfruté el estar ahí, el haber llegado al punto de partida de ese camino hasta el que tanto ande. En cada respiración compartí la calma, el silencio y el equilibrio de la vida allí, también el sinsabor de reconocer que si ya no era lo que fue posiblemente en años tampoco será lo que yo vi." P92
Y esto fue lo que significó para ella esta maravillosa experiencia: "Don Pedro Justo nos vio tomarnos ese chocolate aguapaneludo y con sabor a leña con los ojos muy abiertos y llevándose a cada rato las manos a la cabeza. "Muchachos por Dios, eso ya no lo hace nadie, pa' que se desgastaron de esa forma" insistía. Y yo- dedicada con lo que quedaba de mis sentidos solo al quesito: fresco, suave, una cosa maravillosa- no podía contestarle que recorrer ese camino antiguo era para mí una suerte. Que el olor del monte, el sol que a ratos nos calentó, los sonidos que nos acompañaron, la aguapanela con limón helada, las carcajadas de Don Javier, la mías, el cansancio, el sudor, el recuerdo de otros viajeros, la pregunta por cómo pudo haber sido esto antes, el deseo de llegar a alguna parte y de estar ahí, eran un regalo." P104
Nació en 1986 en Marinilla – Antioquia - Colombia y es egresada de periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Parte importante de su formación profesional se desarrolló en México donde fue aprendiz de la editorial de Artes de México y el Mundo, realizó el diplomado en Edición de Publicaciones periódicas de la Universidad Autónoma de México y la Cámara Nacional de Industria editorial mexicana.
Fue investigadora del proyecto "Historia de un sueño colectivo, Teleantioquia 25 años", y en la serie del Ministerio de Cultura "Viajes a la memoria, la huella de una nación".
Actualmente es profesora de cátedra de la universidad de la que egresó.
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